Tantos caminos
recorridos, viñedos argentinos que ofrecen lo mejor de sí, gente de trabajo
enfocada en la misma pasión y paisajes inigualables nos han recibido durante
estos últimos tiempos. Por eso decidimos emprender viaje a destinos aún más
lejanos y antiguos por cierto.
Una vez más, el
equipo de Vinos y Sabores ha partido hacia una aventura por el viejo
continente. Y por supuesto nos encontramos con ciertas particularidades de la
gastronomía europea, coctelería y una gran apertura a vinos distintos.
BARCELONA
Luego de un
viaje bastante cansador, siendo las 15 hs y con altas temperaturas arribamos a
la gran ciudad catalana de Barcelona en España, precisamente a la “Plaza España”.
Teníamos una gran ambición de comenzar a conocer la mayor cantidad de espacios
gastronómicos posibles y por eso inmediatamente identificamos los mejores puntos
de interés en nuestro mapa de viaje y salimos.
Realmente las
tapas con jamón ibérico, chorizo colorado, papas bravas con su correspondiente
salsa brava picante (con salsa de tomate,
cebolla, ajo, oliva y pimienta de cayena; aunque algunos incluían mayonesa
suave) y una gran variedad de “paninos” en toda la ciudad eran los platos
más típicos. Infaltable la “Clara” (Cerveza
rubia tirada con jugo de limón) que nos ofrecía una alternativa muy
refrescante en todo momento del día por solo €1,70 el porrón de 500 ml en restaurante. No dejaré de destacar
tampoco las clásicas paellas y cazuelas de mariscos.
Ciertos lugares,
para asombro de varios, no cobran la comida. Solo cobran lo que bebes y encima
a precios muy razonables. Entonces tú te sientas, pides la bebida que más te
guste y no te sorprendas que comenzarán a llegar a tu mesa una buena cantidad
de platos con tapas de fiambres y revueltos exquisitos para acompañar con panes
caseros y aceite de oliva. Cualquiera de nosotros no dudaría en volver a
visitar esos lugares día tras día; imagínense que hicimos.
Esta ciudad
presenta atracciones muy diversas y reconocidas a nivel mundial como el Palacio
de Montjuic construido entre 1926 y 1929, que aloja dentro de él el
museo nacional de arte de Cataluña, Sagrada Familia con la distinguida
arquitectura del Arq. Antoni Gaudí, los jardines del Park Güell con sus piezas
arquitectónicas también creadas por Gaudí y los dos puntos más importantes de
la ciudad como lo son las plazas España y Cataluña, que centralizan gran parte
de el despliegue comercial y turístico de la metrópolis catalana.
LOS ESPAÑOLES Y SUS VINOS
Si hay algo que
se disfruta en este país es su gastronomía y sus largar rondas de cerveza y
vino en cualquier bodegón o restaurante. Además de buenas “birras” alemanas y belgas hemos encontrado una amplia diversidad
de vinos (tanto por botella como por
copa) de todo tipo; desde tintos jóvenes, crianza y reserva como ellos los
denominan hasta blancos afrutados, generosos de jerez y como no mencionar los “Cava”
que con sus finas burbujas decoraban celebraciones desde la media tarde.
Si bien nos
encontramos en un país europeo, donde se suele hallar productos de todo el
mundo; en cuanto a los vinos, los españoles son bastante celosos. Es muy frecuente
encontrar lugares donde solo se sirva vino español y se dificulte conseguir
otras regiones. De todas formas, hay para todos los gustos.
Hasta no hace
mucho tiempo, a este país se lo reconocía solo por sus más afamadas regiones
como La Rioja y Rivera del Duero que protagonizaban a la variedad Tempranillo , sin embargo en la
actualidad la calidad de sus otras regiones vitivinícolas se ha equiparado
muchísimo y cada una cuenta con su potencial de calidad. Puedo destacar los Chardonnay de Navarra, Moscateles de Alejandría, entre otros.
TXAKOLÍ, un producto escondido
Al norte de
España, puntualmente en San Sebastián,
País Vasco es donde se produce principalmente este tipo de vinos a base de
variedades de uva como la Hondarribi Zuri.
Quizá nunca lo hayan probado, ya que es realmente difícil conseguirlo debido a
que se suele producir y beber justamente en esa región.
Se trata de un
vino blanco bien típico y con una acidez mucho más pronunciada que cualquier
vino blanco que hayamos probado antes. Esto es porque las uvas utilizadas para
su producción se cosechan verdes, puesto que en esa región los frutos no llegan
a una completa maduración.
Una tradición
dice que los Chacolí (o Txakolí en
lenguaje euskera) deben ser servidos escanciándolos;
se trata de un largo chorro de vino que cae sobre la copa o vaso desde lo alto,
tanto como el brazo lo permita. Así que si tiene la posibilidad de tener una
botella de chacolí no duden en descorcharlo, levantar la botella en alto,
escanciarlo y dejar que su frescura viva los impacte.
En las próximas
ediciones continuaremos viajando a través de estas líneas por otros países
europeos
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